La responsabilidad que nos cabe a todos los seres es proteger la tierra, el planeta, que heredamos para entregarlo, luego de nuestro paso temporal, a las generaciones venideras.
Si bien la mejor calidad de vida que se pretende con los avances tecnológicos lleva a transformar parte de los recursos naturales para este fin, ese desarrollo debe ser sustentable.
Es por ello que en toda actividad humana deben contemplarse todos los aspectos que forman la cadena de esa acción.
En el caso de LANIN, como industria manufacturera y particularmente fabricante de luminarias, forma parte de cada proyecto, el análisis de los recursos a utilizar tanto en los procesos de fabricación como en las materias primas, seleccionando aquellas que al final de la vida útil del producto, puedan ser recicladas.
Pero más allá de ello, desde el diseño de cada luminaria, se conciben otros aspectos que contribuirán a preservar la calidad del ambiente. En primer lugar optimizar la eficiencia para reducir el consumo de energía eléctrica que, aunque provenga de “generación limpia”, siempre dejará secuelas, por lo tanto aquí se induce a evaluar, junto al comitente, qué nivel de luz es necesario para cada uso evitando así un derroche innecesario.
Promover este concepto, forma parte de una filosofía que contrarresta la idea cultural errónea que lleva a instalar una iluminación excesiva para garantizar la seguridad urbana, siendo que, según las estadísticas, se cometen mayor cantidad de actos delictivos en horarios diurnos.
Otro aspecto a tener en cuenta, es la “polución cero”. Este concepto involucra tanto al diseño de la luminaria como al proyecto y cálculo para brindar por un lado un buen “confort visual” (Este término, respaldado técnicamente, refiere a evitar el deslumbramiento sin restar prestaciones), y por otro lado, minimizar la contaminación luminosa por polución, es decir que la emisión de luz esté debidamente acotada permitiendo ver el cielo sin interferencias.
Además el control de la polución luminosa permite que la flora y fauna cercana no sea invadida teniendo como resultado de este manejo, la conservación de aves, mariposas y todo el ecosistema en el que está incluido el ser humano.
Otro de los factores evitables que afectan al ambiente, son las distancias desde la obtención de la materia prima y hasta el destino final de un producto. Este trayecto que insume recursos no renovables, es lo que se denomina la “huella de carbono”. Es por eso que desde LANIN nos sumamos a reducir esta huella eligiendo productos, insumos y recursos humanos locales.
Lograr este equilibrio dependerá de todas las partes involucradas en esta cadena.
¡Conocer e informarnos ya es un paso para el cuidado del planeta!